01 abril 2012

Perros que gritan como chicas

Perros hay por todos lados, no importa la ciudad en que uno elija vivir. También hay chicas. No sé de ninguna ciudad que no tenga perros ni chicas. Ni consigo imaginarla. Seria como sacarle a una ciudad toda dulzura e ingenuidad - lo digo por los perros -, todo encanto y delicadeza. Son vulnerables, son presas fáciles, los perros y las chicas. Aunque tengan colmillos y palabras afiladas, aunque disimulen y ladren, saquen uñas y dientes, así sonrían o amenacen a regañadientes. En la noche oscura de la ciudad son presas y son frágiles. En la ciudad violenta las chicas se arman con perros. Junte um bico com dez unhas quatro patas trinta dentes. El barrio universitario lleno de chicas solas que vienen de los pueblos, se llena igualmente de perros. Y por las noches, ya muy entrada la noche, ya muy oscura, tras los párpados cerrados, se los escucha a veces a los perros, a veces a las chicas. Y en el torpor del ensueño no sabemos quien grita.