09 maio 2013


El punto de ser otra cosa
admite
la punta del pie
no el talón, ni el caminar
no retiene, no invita
no es punto de apoyo
ni plataforma de partida
pero es firme y quieto
como esa piedra recta
en ese río sinuoso
de propósitos, proyectos, anhelos

En el punto de ser otra cosa
veo sin mirar
siento sin desear
que estoy
(no soy, no tengo)
estoy en ese estar
de agua en el mar
de arena en el desierto

Se necesitan años
y alguna deriva
y dudas, todas
para encontrar un día sin aviso
ese estar de piedra o de bicho

Se necesita
la maternidad
de no haber tenido hijos

Se necesita una desnudez
de pieles sucesivas
una erosión de siglos
de la roca sobre el viento
para derruir a un solo tiempo
todo lo vivible y todo lo vivido

A punto de ser otra cosa
desenredo mi pelo con los dedos del pie
es todo lo que tengo que hacer
el verbo se fue
el sol me acostumbra
también se fueron las palomas
llevándose arrullos
también los grillos y los peces
los murmullos
de árboles, hojas, troncos
el agua y la burbuja
que produce la cascada
y cada palabra
dejó un hueco

También se fue mi nombre
borrándose lento
de fuera hacia dentro
como la huella mojada
secándose
que hasta ayer dejaba mi pie
talón paso camino
sobre esta piedra
este punto
que no pasaré
de ser otra cosa
donde la punta
de un solo pie
otro en el pelo
y todo
desenredándose